sábado, 6 de marzo de 2010

La unificación de Italia y Alemania


Hasta mediados del siglo XIX, Italia y Alemania eran muchos reinos vecinos que compartían la misma lengua y las mismas tradiciones, pero que contaban con una autoridad propia y sus fronteras no estaban bien definidas.


Italia
Desde 1848, Italia intentó unificarse, pero no tuvo éxito. A consecuencia de esto, varios nacionalistas se agruparon en el reino de Piamonte. A los burgueses italianos les convenía la unificación debido a que querían eliminar las fronteras de toda la península para poder comerciar sin aduanas que les cobraran impuestos.


Después, sólo quedaba una región que no pertenecía a la nueva Italia; era Roma, pues seguía en posesión de Francia.
En esta misma época, Francia entra en guerra contra Prusia y tiene que sacar sus ejércitos de Roma para mandarlos al frente de batalla.


Alemania
Al igual que en Italia, llegó a territorio alemán las ideas nacionalistas, cuando era el rey Guillermo I de Prusia. Prusia es el reinado más próspero e industrializado de la zona, pues cuenta con casi todos los recursos para tener una gran industria y contar con uno de los ejércitos con mayores avances tecnológicos del mundo en es época, consolidándola así como el Estado cabeza y principal de los demás reinos alemanes.


Hacia 1866, comienza un enfrentamiento con la vecina nación de Austria, apoyado por pactos diplomáticos que logran con Francia, Rusia y la nueva nación de Italia; al final de este enfrentamiento, Austria queda excluida de Alemania, pero pierde los territorios de Venecia y Holstein. Para ese entonces, 23 Estados germanos forman parte de la nueva Alemania con una excelente organización y un gran crecimiento económico.

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